Una de las cosas que más me ha sorprendido en mi rol como mentora es descubrir cuantos diseñadores y researchers muy potentes que no se consideran líderes (a pesar de serlo por sus acciones), solo porque no tienen la responsabilidad de llevar un equipo. Detrás de esta creencia está la idea de que para ser líder se debe estar a cargo de algo (un equipo, una empresa, un país).
(NOTA: En este artículo me enfoco en el mundo del diseño y research, pero los conceptos se aplican a cualquier profesión en cualquier ámbito.)
Hay tantas definiciones de liderazgo como libros o artículos publicados sobre el tema, pero un hilo conductor de todas las definiciones es la habilidad que tiene un líder para influenciar e inspirar a otros, y así lograr que un grupo de personas (más allá de su posición en un organigrama) se alineen y colaboren para conseguir objetivos consensuados.
El concepto clave detrás de un buen líder es la influencia: la capacidad de ser escuchada y que su voz tenga peso en la toma de decisiones porque la gente escoge hacerlo. Un cargo jerárquico no garantiza que tengamos más influencia. La influencia no es una cajita en el organigrama.
A un líder se le sigue porque contribuye activamente al éxito tanto de la empresa como de las personas que le rodean. A un líder se le sigue porque se quiere, no porque se debe – su influencia es la consecuencia de sus acciones. Es líder porque inspira y une.
Si tienes un cargo jerárquico, pero no eres un buen líder, a lo sumo puedes esperar a que te hagan caso porque “eres quien manda”.
Desde este punto de vista, no hace falta tener un cargo jerárquico para ser líder.
Una diseñadora o un researcher sin equipo a cargo será líder y tendrá influencia entre sus pares porque, entre otras cosas,
- ha invertido tiempo en escuchar y conocer a sus stakeholders y compañeros de trabajo, y les apoya, respalda, acompaña y alienta.
- sabe comunicar bien – es persuasiva y convincente (y tiene datos en vez de solo una opinión)
- tiene visión estratégica pero es pragmática
- es empática y hace lo posible para ayudar a otros
- se comporta con integridad, generosidad
- se rodea de gente que sepa mucho más que sí misma, y trabaja para que desarrollen todo su potencial colaborativamente.
Esta persona quizás no tenga influencia en la toma de decisiones a nivel de dirección, pero sí que la tendrá entre sus pares, y hará que el equipo se una bajo una visión compartida para lograr objetivos.
Una diseñadora o un researcher que trabaje sus dotes de liderazgo será más resiliente y tendrá más impacto que alguien que sienta que tiene que “pelearla” cada vez para que se le escuche y su trabajo se tome en cuenta. Y no le hará falta depender de una “promoción mágica” para tener más impacto.
El camino hacia el liderazgo como IC (colaborador individual)
El camino para tener impacto e influenciar no comienza con una promoción y un equipo a cargo. Esto principalmente te llevará a tener más responsabilidades y tal vez más dinero (que esperemos que compense la responsabilidad extra). Pero una promoción no te garantizará que tendrás más impacto con tu trabajo.
Este camino comienza con la elección consciente de convertirnos en un buen líder, no como medio a un fin, sino porque o bien te surge naturalmente inspirar, ayudar a otros y abrir camino es algo que te gusta, porque quieres mejorar tus habilidades de comunicación, estratégicas, y quieres aportar más a tu equipo.
Tener habilidades innatas de liderazgo es un buen comienzo, pero una buena líder lo es por diseño. Un buen líder no puede liderar si antes no se lidera (y conoce) a sí misma. Una buena líder no lo podrá ser por mucho tiempo si en el proceso se quema por sobreesfuerzo, esfuerzos en el momento o lugar equivocados, o expectativas no realistas.(Recuerda que el cuerpo humano no está diseñado para esfuerzos altos y continuos).
Para ser un buen líder hay que tomarse el tiempo necesario para conocerse y para conocer a los demás. Tenemos que mejorar nuestro pensamiento estratégico, creativo y crítico, así como nuestras habilidades comunicativas. Tendremos que tomar distancia y conocer el sistema (la empresa) del que somos parte, para entender dinámicas y factores externos que pueden afectarnos. Con este conocimiento, hay que priorizar y sistemáticamente trabajar área por área, en continuo, teniendo claro que es ser un buen líder es una carrera de fondo que requiere resistencia más que velocidad.
En un mundo donde el cortoplacismo y la gratificación instantánea parecer dominarnos cada día más, el camino para ser un buen líder no es ni corto ni fácil, pero todo lo que aprendas te hará mejor profesional y mejor persona.